Desde hace años, cuando la Fórmula 1 aterriza en Austria se observa el mismo problema con los límites de pista. Con toda la tecnología que existe en el Gran Circo, parecía imposible que cada fin de semana en el Red Bull Ring los comisarios tuvieran que anular muchísimas vueltas y hasta los pilotos lo definían como "vergonzoso".

El año pasado, la dirección de carrera eliminó 47 vueltas sólo en la clasificación, La culpa era que, en las dos últimas curvas del trazado había unas escapatorias muy amplias de asfalto y los pilotos inconscientemente aprovechaban lo máximo posible para ganar tiempo, como hacen en muchos circuitos donde pese a hacer más metros, el poder frenar algo menos compensaba en la velocidad con la que se regresaba a la pista si se sobrepasaba la línea.

En el caso de Austria, los comisarios de la FIA tenían que monitorizar y registrar cada infracción, sólo con las imágenes de vídeo, por lo que algunas infracciones muy ajustadas por milímetros se escapaban y eso provocaba invariablemente la protesta de pilotos y equipos, sobre todo en las ediciones 2022 y 2023.

La solución para este fin de semana fue bastante fácil. No podían cambiar el asfalto por grava, ya que hubiera sido peligrosa para la competencia del Mundial de Motociclismo. Por ese motivo se decidió que solamente queden dos franjas de grava en las dos últimas curvas, la 9 y la 10, las que tienen una anchura de aproximadamente dos metros, lo que permitirá que se quiten o rellenen con sin mayores problemas cuando llegue la cita de MotoGP, del 16 al 18 de agosto.

Con esta variante las sanciones por límites de pista se deberían reducir al mínimo, porque los pilotos no querrán pisar la grava, ya que eso arruinaría el tiempo final. Ahora resta ver si la modificación funcionará, a partir de este viernes, cuando se inicie la actividad en pista.