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Recordando a Héctor "Pirín" Gradassi

04 de febrero de 2025 | Compartir en

FOTO ARCHIVO. Héctor Luis Gradassi fue uno de los más grandes pilotos del automovilismo nacional en toda su historia.

Lo ví correr tres veces, al menos es lo que me permite rescatar mi memoria de aquella lejana década del ‘60. Mi primer recuerdo se remonta a una carrera de Anexo J, cuando dio cátedra para quedarse con un espectacular triunfo conduciendo un Auto Unión en Villa Carlos Paz, allá por el ’65 ó '66. Tengo presente la fecha, no con absoluta precisión, pero sí mi certeza está directamente relacionada con un hecho puntual. Esa competencia se realizó en la ciudad serrana en la época que mi hermano mayor, Willam, estaba cursando las últimas materias de sus estudios de Medicina.

Después, como integrante del equipo Torino, fue uno de los grandes protagonistas del dominio absoluto ejercido por los autos nacidos en la planta de Santa Isabel en la fecha de Turismo Carrera que se llevó a cabo en 1967 en el autódromo “Ciudad de Rafaela”. Y la tercera, nuevamente lo tuvo, como sorpresivo ganador, en su debut en la Mecánica Argentina Fórmula 1, con un Destefano - Tornado en las 500 Millas Argentinas, en el mismo Templo de la Velocidad, otra vez en esa temporada.

FOTO ARCHIVO. El piloto cordobés ganó el día que debutó en el Turismo Carretera al mando de un Torino.

Héctor Luis Gradassi, falleció el 4 de febrero de 2003, cumpliéndose hoy 22 años de su desaparición física. “Pirín” fue un eximio piloto de motociclismo en su juventud, festejando varios campeonatos, con la particularidad de hacerlo en tres categorías diferentes en el mismo año.

En el automovilismo, fue acompañante del recordado Manuel Calviño, otro referente del deporte motor cordobés, en sus primeras experiencias en las cuatro ruedas. Cuando falleció “Manolo”, él empezó a recorrer una trayectoria espectacular como piloto, alcanzando sus mayores halagos sobre un Auto Unión, a mediados de los '60.

En el año 1967, cuando Oreste Berta lo designó para integrar un equipo memorable en el Turismo Carretera, junto al sanjuanino Eduardo Copello y al rafaelino Jorge Ternengo, que el ingenio popular bautizó como la CGT por las iniciales de los apellidos de quienes formaban parte de esa estructura, “Pirín” ganó en su debut, el 26 de febrero, en la Vuelta de San Pedro.

FOTO ARCHIVO. El tetracampeón del TC con el Falcon número 1 y en el círculo su esposa Ana María Socci.

En una temporada que los autos del “Mago” dominaron prácticamente a voluntad, Copello fue campeón, Gradassi lo escoltó y Ternengo finalizó cuarto. El desembarco de un producto de nueva generación, terminó con 30 años de vigencia de las legendarias cupecitas.

Ese mismo año, “Pirín” fue convocado para subirse a un monoposto, concretando su debut en la MAF1 nada menos que en las “500 Millas Argentinas”, con un Destefano - Tornado de motor delantero, que fue el último de esas características que triunfó en la icónica carrera rafaelina, ya que el avance tecnológico, a partir de la siguiente edición, vería ganar exclusivamente a las plantas impulsoras ubicadas en la parte trasera de los chasis.

Pero lo mejor estaría por llegar. Gradassi fue contratado para sumarse a Ford, una marca que lo tuvo como referente obligado y tetracampeón del Turismo Carretera en 1972, 1974, 1975 y 1976, con los imbatibles Falcon de la casa de General Pacheco. Un quinto título del que fue privado a raíz de una variante reglamentaria inadmisible, lo privó de igualar la marca de Oscar Gálvez.

FOTO ARCHIVO. Ana María, la esposa de Gradassi, con el Falcon que corre en Pruebas de Regularidad.

En este simple repaso, hoy quiero recordar a uno de los mejores pilotos argentinos de la historia. Por su capacidad para conducir distintos automóviles de competición en los más variados escenarios. “Pirín” fue un experto en la montaña, terreno en los que imponía su talento natural. Pero también se destacó cuando debió adaptarse a la exigencia de la ruta y de los autódromos.

Hoy, uno de los Falcon que fue campeón en sus expertas manos, es propiedad de su esposa Ana María Socci, que con esa máquina participa, con muy buen suceso, en Pruebas de Regularidad. Es el mejor homenaje a “Pirín” y a una historia que de ninguna manera puede caer en el olvido. Y que Ana María sea la encargada de rescatarla, es un acto de estricta justicia.

Víctor Hugo Fux (Editor periodístico de Fierros Calientes).